El asesoramiento de estos funcionarios que ofrecen seguridad jurídica es esencial, ya sea para firmar una compraventa como para disolver una sociedad matrimonial o redactar testamento
Para firmar la compra de una vivienda, hacer testamento, constituir una sociedad… e incluso para casarse y divorciarse. Para todas estas situaciones, y muchas más, es necesario contar con un notario, que da fe y ofrece seguridad jurídica extrajudicial. Estos funcionarios públicos resultan muy útiles y asesoran sin tener que gastar demasiado dinero. Y si por circunstancias excepcionales o de urgencia manifiesta no se puede acudir a una notaría en su horario habitual, hay también notarías de guardia. En este artículo veremos qué es un notario, sus funciones, precios y cómo acudir a uno.
Qué es un notario
Son numerosas las situaciones en las que necesitamos un notario, pero es fácil que no sepamos qué es en concreto. Este profesional es un funcionario público y, como tal, está al servicio de los ciudadanos.
Su función, regulada desde 1862 en la Ley del Notariado, es dar fe pública; es decir, constatar que los documentos que se firman están conformes a la ley y que los acuerdos que presencian se hacen de manera libre y consciente.
Además, un notario proporciona a los ciudadanos seguridad jurídica preventiva. Es decir, prevenir el daño antes de que surja. El notario «estudia cada caso sin coste alguno y aconseja al ciudadano sobre la forma más conveniente de tratarlo, indicándole las ventajas e inconvenientes de cada opción, así como su coste final, incluyendo el de los impuestos que pueda tener que pagar», explica Raimundo Fortuñy, decano del Colegio Notarial de las Islas Baleares y miembro de la Comisión Permanente del Consejo General del Notariado.
Qué hace y cuáles son sus funciones
Aunque quizás solo asociemos la palabra notario con la firma de hipotecas o la redacción de un testamento, su ámbito de actuación abarca mucho más. ¿Para qué sirve un notario? Interviene en múltiples situaciones:
✅ Gestiones inmobiliarias
Se utiliza en arrendamientos, compraventas, en las comunicaciones al ayuntamiento de las nuevas fincas transmitidas o creadas, en la constitución de usufructos y rentas o la formación del catastro inmobiliario de fincas.
✅ Herencias
Respecto a las herencias, el notario es necesario para hacer un testamento, pero también para una declaración de herederos abintestato o el envío de fichas al registro de últimas voluntades, informa a sus beneficiarios de legados o herencias que desconocen, participa en el pago de impuestos sucesorios o la partición de una herencia, etc.
✅ Gestiones familiares
También podemos acudir al notario para disolver una sociedad conyugal, para el reconocimiento o para la emancipación de un hijo, en medidas de protección de familiares con discapacidad y medidas en caso de uniones de hecho, si queremos modificar el régimen matrimonial… y, además, también es posible casarse o divorciarse ante un notario, pues la Ley de la Jurisdicción Voluntaria les permite hacerlo desde 2015.
✅ En situaciones cotidianas
Un notario puede estar presente en casi todas las esferas de la vida, incluso las más cotidianas y en las que quizás no imaginábamos. ¿Que en casa hay una humedad ajena a nuestra responsabilidad y queremos demostrarlo con una foto? Podemos ir al notario para que lo certifique, con lo que así nos aseguramos la validez legal de la imagen en caso de que tener que utilizarla.
Y es que «todas las actuaciones de un notario están encaminadas a no tener que pasar por el juzgado», pues dota de seguridad jurídica a las personas antes de acudir a los pleitos.
Dónde ir y cuánto cuesta un notario
👉 ¿Dónde acudir?
Si necesitamos acudir a un notario, podemos elegir el que queramos. En España hay cerca de 3.000 fedatarios públicos, repartidos en las 17 comunidades autónomas. Una recomendación: antes de firmar definitivamente, conviene consultar con este experto cualquier detalle o duda.
👉 ¿Cuestan mucho los trámites ante notario?
Esta muy extendida la idea de que estos profesionales cobran honorarios muy elevados. En realidad, los notarios aplican un arancel fijo que estableció el Gobierno en 1989 y que desde entonces no se ha revisado. El arancel es el medio por el que se retribuye la función notarial y el sistema con el que se financia la seguridad jurídica preventiva.
Sin embargo, los honorarios notariales son sólo una pequeña parte de lo que se paga en la notaría. «La mayor parte de la factura es una provisión para hacer frente a impuestos, honorarios de registradores y otros gastos que se generan, que el notario abona en nombre del cliente», como explican desde el Consejo General del Notariado.
Además, la factura cubre íntegramente el servicio de fe pública extrajudicial: oficinas, sueldo del equipo profesional, seguro de responsabilidad civil, informatización, encuadernación y conservación de las escrituras, mantenimiento de los colegios notariales… sólo una parte corresponde a los honorarios del notario.
¡importante! El notario tiene la obligación de entregar una factura detallada de sus servicios y costes correspondientes. Si existe alguna duda con la misma, el colegio notarial la revisa gratuitamente.
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Notarios de guardia, un servicio añadido
Hay casos extremos en los que se necesita acudir a un notario fuera de su horario de apertura. ¿Es posible hacerlo? Sí, pues existen notarías de guardia, que se ocupan de las urgencias.
Se encargan de las personas que, por circunstancias especiales, no pueden ser atendidas dentro del horario normal de funcionamiento de los despachos notariales. Estos casos siempre deben ser de urgencia manifiesta, imprevistos o inaplazables y serán valorados por un notario.